EL BERNABÉU TIENE LA PALABRA

José Mourinho está convencido de poder cambiar la dinámica del equipo blanco, aunque existe una cosa que podría alterar su decisión de continuar al frente del Real Madrid. El luso ya ha afirmado en multitud de ocasiones que continuará hasta que el club y los aficionados quieran. El ambiente que se respire en el Bernabéu ante la Real Sociedad y el Celta, será decisivo.

El entrenador del Real Madrid aprovecha estos días de descanso para reponer fuerzas de cara al tramo final de la temporada. Mourinho sueña con ganar 'La Décima' en Wembley en el próximo mes de mayo, aunque para ello, muchas cosas deberán cambiar en la plantilla blanca. El portugués, poco acostumbrado a las derrotas, ve en la situación actual un nuevo reto y se siente con fuerzas para afrontar tan difícil misión.

Real y Celta, partidos claves
El comienzo de año traerá dos importantes exámenes para el conjunto madridista. El día 6 de enero se verán las caras ante la Real Sociedad en Liga, y el miércoles 9 deberán remontar un resultado desfavorable al Celta para avanzar hasta los cuartos de final de la Copa del Rey. Ambos partidos se disputarán en el Santiago Bernabéu, por lo que actitud que muestre la parroquía blanca ante su técnico y el equipo será decisiva para el devenir de los acontencimientos, ya sea con carácter inmediato o con vistas al próximo mes de junio.

Mourinho cuenta con el respaldo total de la entidad presidida por Florentino Pérez, sin embargo el plebiscito del público será crucial, no tanto para el club blanco, sino para la decisión que pueda tomar el luso en un futuro. Si a algo no se ha enfrentado nunca 'The Only One' es a los pitos o desaprobación de su propia afición. En teoría, nada hace preveer que esto vaya a pasar, ya que tal y como se demostró en el derbi ante el Atletico, el Bernabéu está de forma incondicional con el técnico.

Decidido a continuar
Nada ni nadie externo al Real Madrid va a hacer a Mou cambiar de parecer respecto a su idea de continuar hasta 2016. Solo una cosa puede alterar dicho contrato, la falta de confianza por parte de Florentino o de los aficionados. La primera variante está toltamente descartada, ya que el presidente cree tener al jefe indicado para el proyecto deportivo. La segunda en principio también. La singularidad del público del Bernabéu hace imprevisible su reacción, aunque la mayoría de la masa social madridista se encuentre más unida al portugués que nunca. Si nada se tuerce, los madridistas están de enhorabuena, tienen Mourinho para rato, o mejor dicho, hasta que ellos quieran.