OBJETIVO: RECUPERAR A DI MARÍA

El extremo zurdo del Real Madrid, Ángel Di María, está viviendo el, probablemente, peor momento en el equipo desde que llegó hace más de dos años a la disciplina blanca. Siempre se ha caracterizado por dejarse la piel sobre el césped, pero en los últimos dos meses, su chispa ha desaparecido y Mourinho está descontento con tal situación.

Di María es un jugador ejemplar, que conste. El argentino fue una de las claves del equipo el año pasado, indispensable para cerrar una Liga de ensueño. El 'Fideo' concluyó la temporada como máximo asistente de la plantilla, por delante de Özil y Cristiano Ronaldo, y cada acción suya por la banda derecha -recordemos que juega a pierna cambiada- entrañaba algo más que peligro a la defensa rival.

Pero algo ha cambiado. Di María comenzó esta campaña emulando sus acciones del curso pasado. Sirvió a Higuaín el primer gol del Madrid en Liga contra el Valencia y deleitó con una asistencia magistral a Benzema en Vallecas. Eso sí, ya se empezaba a vislumbrar que el argentino había perdido confianza en sí mismo, quizás por las continuas lesiones que sufrió al final de la temporada pasada.

Falta de confianza
El extremo madridista ya no encara a su par. Antes, era un puñal, buscaba al defensa, le sobrepasaba y, o provocaba penalti o asistía a un compañero para que marcara. Parecía demasiado sencillo. Ya no. No parece que la tara sea física, pues el argentino exhibe su portentosa resistencia en cada encuentro. Ataca y defiende su banda como si no hubiese lateral en su carril. Así, todo apunta a que este cambio de actitud se debe a la falta de confianza.

Callejón le gana la partida
Di María piensa que, con la precisión que caracteriza sus pases, estos son un factor suficiente para desplegar en un terreno de juego. Se equivoca. Aunque el argentino disfrute de un tiralíneas en su bota izquierda, se echa en falta el regate. A la afición merengue le gusta lo vistoso, el jugador hábil, el gambeteo, en definitiva. Y a Mourinho también. Y ya le ha dado varios toques de atención. Como apuntábamos hace unas fechas, Callejón, a base de duro entrenamiento, ha conseguido disputarle el puesto al argentino hasta el punto de privarle de la titularidad en varios de los últimos choques.

Sustituido al descanso y con 0-0
El último episodio de esta historia ocurrió hace dos días, en Vigo, en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey. El Madrid perdió 2-1 contra el Celta y, al finalizar el encuentro, Mourinho en rueda de prensa apuntó a que “había un jugador que no había querido jugar”. Los posibles destinatarios de este mensaje son dos: Benzema o Di María. El caso del francés parece improbable pues se lesionó -hoy se podrá comprobar el alcance de su torcedura de tobillo- y cuesta creer que fingiera la lesión o calentase mal antes del partido. Así, el argentino tiene todas las papeletas de ser el protagonista del 'recado' de su entrenador.

El ataque madridista le echa de menos
El 'Fideo' es uno de los jugadores más necesarios del equipo. Junto con Marcel, dan aire a las bandas del Madrid. Son polivalentes, habilidosos y técnicos. El brasileño falta por lesión, si también falla el internacional albiceleste, el juego de los blancos se vuelve lento y previsible. Tan solo las genialidades de Özil y las arrancadas y golpeos de Cristiano salvan el ataque. Con Higuaín y Benzema lesionados… se espera como agua en mayo el regreso del verdadero Di María.